6 señales de que tu hijo podría necesitar ortodoncia (y por qué la detección temprana marca la diferencia)
La salud bucodental infantil es un pilar fundamental para el bienestar general. Más allá de la estética, el crecimiento facial, la forma de masticar, de hablar e incluso de respirar se ven influidos por cómo erupcionan los dientes y cómo se desarrollan los maxilares. Por ello, acudir a un ortodoncista en los primeros años de la infancia puede evitar dificultades futuras y garantizar un desarrollo armónico.
La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) recomienda realizar la primera evaluación en torno a los 6 o 7 años, un momento clave en el que conviven dientes de leche y dientes definitivos. Esta combinación permite detectar de forma temprana alteraciones en la erupción, el crecimiento óseo o la mordida. La Dra. Clara Martínez, ortodoncista en Prieto & Serrano, lo explica con claridad:
“Es importante que acudan desde los 7 años porque en estas etapas precoces podemos diagnosticar diferentes maloclusiones y prevenir otros problemas antes de la etapa adulta”.
Conocer las señales de alarma es el primer paso. Por eso, hoy te contamos cuáles son las seis señales más comunes que indican que tu hijo podría necesitar ortodoncia y por qué es tan importante actuar a tiempo.
1. Dificultades al masticar o desviaciones en la mandíbula
Uno de los signos más evidentes aparece durante las comidas. Si notas que tu hijo mastica solo por un lado, realiza muecas o parece esforzarse para triturar los alimentos, podría tratarse de una mordida cruzada o un desequilibrio en el crecimiento mandibular. Estos problemas no solo afectan a la masticación diaria, sino que, si no se corrigen, pueden favorecer un crecimiento asimétrico de la mandíbula. Afortunadamente, son alteraciones que responden muy bien a los tratamientos interceptivos cuando se abordan desde edades tempranas.
2. Pérdida irregular de los dientes de leche
Aunque cada niño tiene su propio ritmo, la caída de los dientes de leche sigue un patrón bastante predecible. Cuando estos dientes se pierden demasiado pronto —por caries o pequeños traumatismos—, puede ser necesario utilizar un mantenedor de espacio para evitar que los dientes vecinos ocupen un lugar que le corresponde al diente permanente.
Por otro lado, si los dientes de leche no se caen cuando deberían, es importante acudir a revisión: en algunos casos puede no existir un diente permanente debajo (agenesia) o puede haber un problema en la dirección eruptiva. Una simple radiografía es suficiente para identificar el origen del retraso y decidir si es necesario intervenir.
3. Retraso en la erupción de los dientes definitivos
Muchos padres se preocupan cuando los dientes definitivos tardan más de lo esperado en aparecer. El retraso eruptivo puede ser totalmente normal, pero cuando a los 8 años no ha erupcionado ninguna pieza definitiva, conviene consultar al ortodoncista. En ocasiones, esto se debe a agenesias o a problemas de espacio; en otras, a un desarrollo más lento. Identificarlo a tiempo nos permite actuar de forma preventiva y evitar complicaciones que, de no tratarse, pueden alargar y complicar mucho los tratamientos posteriores.
4. Diastemas
Los dientes separados o diastemas pueden deberse a causas sencillas —como un arco dental amplio— o a factores como la microdoncia, hábitos como la deglución atípica o incluso la ausencia de un diente definitivo. Aunque muchas veces se perciben como una cuestión estética, los diastemas pueden afectar a la masticación, a la correcta fonación y a la estabilidad de la mordida. El ortodoncista determinará si conviene simplemente vigilar su evolución o intervenir para reconducir el desarrollo dental.
5. Apiñamiento dental o falta de espacio
El apiñamiento es uno de los motivos de consulta más frecuentes. Cuando los maxilares son pequeños o los dientes muy grandes, los dientes se amontonan o erupcionan torcidos. Este problema no solo afecta a la estética, sino que dificulta la higiene bucal, incrementa el riesgo de caries y puede ser un factor que facilite que se desarrolle inflamación de las encías. Los tratamientos interceptivos permiten crear espacio a tiempo, cuando está indicado, guiando el crecimiento de los huesos y favoreciendo que los dientes definitivos ocupen su lugar.
6. Respiración bucal y alteraciones en los hábitos orales
La respiración bucal, la succión digital, la postura incorrecta de la lengua o la deglución atípica son hábitos que, mantenidos en el tiempo, pueden modificar la forma del paladar, desplazar los dientes y alterar la mordida. También pueden afectar al descanso nocturno y al rendimiento escolar. En Prieto & Serrano evaluamos no solo la posición de los dientes, sino también la función respiratoria y el comportamiento muscular, ya que muchas de estas alteraciones requieren un enfoque conjunto entre ortodoncista y logopeda.
¿Por qué una revisión temprana es tan importante?
A los 6 o 7 años, los niños todavía están en una fase activa de crecimiento. Esto permite intervenir de manera sencilla y eficaz, guiando la posición de los maxilares y evitando que pequeños desajustes se conviertan en problemas complejos en la adolescencia. No siempre es necesario iniciar un tratamiento de inmediato; en muchos casos basta con controlar el crecimiento cada 6 u 8 meses, especialmente si no se aprecian alteraciones claras. Sin embargo, cuando sí es necesario intervenir, los resultados en estas edades son más rápidos y más estables en el tiempo.
En Prieto & Serrano realizamos un proceso de diagnóstico y planificación del tratamiento que incluye exploración clínica, fotografías digitales y escáner 3D intraoral, condilografía digital y radiología digital. Todo ello, con el objetivo de establecer el mejor plan de tratamiento individualizado.
Acompañamiento emocional
La primera visita suele generar cierta inquietud, especialmente si es la primera vez que el niño acude al ortodoncista. Por eso, en nuestra clínica cuidamos cada detalle para que la experiencia sea agradable: usamos un lenguaje adaptado a su edad, les explicamos cómo funcionan los aparatos, les mostramos el entorno de forma progresiva y fomentamos una relación de confianza.
La participación de los padres también es clave. Una actitud tranquila, alegre y natural ayuda a que el niño viva la visita con normalidad y perciba el tratamiento como parte de su bienestar, no como una obligación.
Después de la revisión: seguimiento y planificación
Tras la primera valoración, el ortodoncista explicará si es necesario un tratamiento inmediato o si basta con un seguimiento periódico. Este control permite anticiparse a posibles problemas, reforzar la higiene bucal y acompañar al niño durante su desarrollo dental.
Recordemos que una sonrisa sana empieza mucho antes de la adolescencia. La prevención es, sin duda, la herramienta más eficaz para garantizar un crecimiento armónico y evitar tratamientos largos o invasivos en el futuro.
El mejor momento para actuar es ahora
Si tu hijo tiene entre 5 y 7 años, o si has identificado alguna de las señales descritas, este es el momento ideal para programar su visita al ortodoncista. En Clínica Prieto & Serrano, con más de cuatro décadas de experiencia en ortodoncia infantil y juvenil, combinamos la tecnología más avanzada con un enfoque cercano y personalizado.
Acompañamos a las familias desde el principio para construir sonrisas sanas, funcionales y felices que duren toda la vida.
¿Listo para dar el primer paso? Agenda su revisión con nosotros.












